Os muestro los RESULTADOS de la encuesta.
Se han obtenido 30 respuestas, mayoritariamente de profesores de Educación Secundaria (50%). En estas respuestas destaca que sólo el docente evalúa en el 44 % de los casos, y evalúa por competencias (28%) y tienen en cuenta la actitud (23%). Se evalúa principalmente al final de cada unidad (49%), por escrito en el 30% de los casos, aunque también existen presentaciones y exámenes orales (20%).
En mi opinión, habría que modificar dos aspectos de la actividad evaluadora. Lo primero es que el examen escrito, individual, ayuda al alumno a recordar, fijar y reorganizar ideas, siempre que éste esté bien diseñado, que desgraciadamente no siempre lo está. Pero en general, el alumno se preocupa de recordar a corto plazo, unos conceptos no significativos para él, aislados de la realidad, que le proporcionan un aprobado, y que, en general olvidará en un breve espacio de tiempo.
Creo que hay que formar al alumno para que considere imprescindible la evaluación, y aprenda a ser crítico consigo mismo y con el resto en cuanto a cómo ha sido realizado el trabajo. Que sepa analizar la utilidad de los conceptos aprendidos y que los sepa aplicar en procesos significativos para él.
Por otra parte, las presentaciones orales, o portafolios colaborativos como evaluación final ofrecen al alumno la posibilidad de reforzar y conocer otros conceptos, otros puntos de vista sobre el mismo tema o aprender a colaborar para tener éxito colectivo.
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